Se cumple un nuevo aniversario del asesinato de Carlos Fuentealba, el maestro asesinado en el año 2007.

Ocurrió durante la represión de una protesta docente en la ruta 22 en la provincia de Neuquén. Cuando la marcha ya se estaba dispersando, el policía José Darío Poblete disparó, a menos de dos metros de distancia, una granada de gas lacrimógeno que impactó en la cabeza de Carlos Fuentealba.

Después de más de una década sólo hay un condenado, mientras que los responsables políticos e intelectuales fueron sobreseídos de la causa.

La historia de este maestro se convirtió en un símbolo de la defensa de la educación pública.

Carlos Fuentealba tenía 41 años y era docente de Matemática, Física y Química. Trabajaba en el Centro Provincial de Educación Media N°69, en el barrio Cuenca XV, una de las zonas más vulnerables del noroeste de la provincia de Neuquén.

Sus familiares y amigos lo recuerdan como un maestro por vocación, que siempre se esforzó por aplicar las herramientas pedagógicas más allá de las paredes del aula. Quería mostrar a sus alumnos que la educación era una forma de descubrir el mundo y el primer paso para ser conscientes de la realidad, transformarla.

Su compañera, Sandra Rodríguez, lo describe como “un gran humanista” que, ya de joven militaba en la Unión Obrera de la Construcción luchando por los derechos de los trabajadores.

Ese 4 de abril y luego de más de un mes de movilizaciones, los docentes albergaban la esperanza de que el Estado

provincial aceptara una negociación que tuviera en cuenta los reclamos del gremio por un salario acorde a la canasta básica familiar, entre otras reivindicaciones.

Hacía 17 años que los salarios estaban congelados y el gobierno provincial no daba respuestas, aún después de los

más de 70 pedidos de audiencia del gremio.

Fuente:

www.laprimerapiedra.com.ar