La conspiración en marcha para rescatar el veto de Milei a la ley jubilatoria transcurre a la luz del día, sin ningún ocultamiento. Un grupo de entre ocho y diez diputados radicales acaban de reunirse con el presidente, anunciando que revertirán el voto favorable de hace un mes atrás.

Pero la trama política del rescate al veto excede al radicalismo. El gobierno negocia también la ausencia en el recinto de diputados peronistas que habían votado a favor, como los del gobernador salteño Saenz, y también la concurrencia de otros colaboracionistas que se habían ausentado, como los diputados del gobernador peronista Jaldo.

El veto no es una discusión de “números”, lo que pone en juego es la autoridad del gobierno contra los trabajadores. Por este mismo motivo, una parte del arco parlamentario que había votado a favor de la ley previsional ahora se da vuelta: no quieren una derrota del gobierno en medio de la conmoción popular que ha despertado la crisis jubilatoria.

Fuera del recinto del Congreso, la burocracia sindical ha brindado la mayor complicidad con la política antijubilatoria de Milei y con el veto. El inmovilismo de la CGT con la decisión del gobierno delata hasta qué punto la burocracia está comprometida con todos sus atropellos antiobreros, comenzando por la reforma laboral.

El gobierno que está conspirando con la “casta” el rescate del veto ha salido a advertir sobre “actos violentos” en la marcha de mañana. Es una confesión acerca de las provocaciones represivas que preparan Bullrich-Milei. Respondamos con una masiva movilización mañana, que le oponga una fuerte presencia de luchadores y trabajadores a los esbirros de Milei y sus cómplices.

Fuente: Política Obrero / Marcelo Ramal