La matrícula de mujeres no supera el 23% en carreras de programación en América Latina. La organización Chicas en Tecnología presenta un nuevo informe sobre la brecha de género en carreras universitarias del ámbito tecnológico en seis países de la región.
Chicas en Tecnología (CET) da un paso más para conocer la brecha de género en carreras de tecnología en América Latina y, con el apoyo de NCR Foundation, presenta una nueva investigación sobre la participación de las mujeres en el sistema universitario. El informe “La brecha que persiste: cuántas mujeres faltan para alcanzar la paridad de género en carreras de tecnología en América Latina” es un estudio que analiza estadísticas universitarias de Argentina, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay durante el período 2018-2022 para conocer las tendencias en las inscripciones, matrículas y egresos de los últimos años a nivel regional. Además del análisis comparativo, la investigación incluye un documento por cada país en el que se analizan las particularidades de sus sistemas universitarios y las estadísticas nacionales.
Aunque las mujeres representan más del 50% de la matrícula universitaria total, su presencia en disciplinas tecnológicas es minoritaria. Uruguay lidera con un 42,6% de participación femenina en carreras STEM, seguido de Argentina y Colombia, mientras que Perú y Chile presentan las tasas más bajas, con 28,9% y 29%, respectivamente. La distribución dentro de las disciplinas STEM no es homogénea. En todos los países analizados las mujeres tienen mayor participación en los campos de ciencias naturales, matemáticas y estadística (llegan incluso a superar el 50% en varios países) que en TIC o ingeniería, industria y construcción.
En las carreras de programación y desarrollo tecnológico, la brecha de género es persistente y generalizada en toda la región: en ninguna la participación femenina alcanza el 30%. Los datos muestran que si bien la matrícula absoluta de mujeres en carreras tecnológicas ha crecido en la mayoría de los países, los porcentajes de participación se mantienen relativamente estables en comparación al número de estudiantes varones.
Para este análisis, CET creó una metodología censal propia con el objetivo de dimensionar con claridad la brecha de género en las disciplinas del ámbito tecnológico en el sistema universitario y realizar una comparación entre estadísticas de distintos países. “Tener nuevos lentes, en este caso las categorías intensivas en programación y desarrollo tecnológico que creamos desde Chicas en Tecnología, nos permite entender con mayor precisión la dimensión de la brecha de género en estas disciplinas. A su vez, como se puede ver en el estudio, este no es un problema de un solo país, sino un desafío estructural que tenemos a nivel regional”, dijo Milagros Giménez, líder de Investigación de CET.
Participación femenina en la matrícula de carreras TIC (STEM), afines a programación y desarrollo tecnológico universitaria de pregrado y grado (2021-2022). En ninguna de estas categorías tecnológicas la participación femenina alcanza el 30%. Es particularmente baja en las carreras específicas de programación, donde no supera el 23% en ningún país.
Las bases utilizadas, que provienen de datos oficiales, están abiertas y disponibles para que se puedan ampliar y utilizar en nuevos análisis y en la elaboración de estrategias que contribuyan a reducir la brecha de género en estas disciplinas.
Sobre Chicas en Tecnología
Chicas en Tecnología es una organización sin fines de lucro que busca reducir la brecha de género en el ámbito tecnológico. Con el objetivo de que las jóvenes de la región que se identifican con el género femenino sean creadoras de tecnología con impacto social, la organización ofrece programas gratuitos de formación sobre habilidades y temas que forman parte del ámbito tecnológico. Asimismo, Chicas en Tecnología genera evidencia que contribuye a la creación de estas propuestas y a impulsar acciones y decisiones en el ámbito educativo, sector público y privado para reducir la brecha de género en el ecosistema tecnológico. La organización comparte datos e información accesible para que distintos actores -como decisores, docentes, estudiantes, comunidad científica y académica, medios de comunicación y sociedad en general- puedan comprometerse con la problemática y promover que cada vez haya más mujeres que lideren la creación de tecnología en la región.
Fuente: Chicas en Tecnología