El 8 de Mayo de 1987 un caso el gatillo fácil conmovió el  populoso barrio de Ingeniero Budge en Lomas de Zamora. La Masacre Budge se llevó la vida de tres jóvenes que vivían en el barrio, Willy, el Negro y Oscar.

Los tres amigos Agustín Olivera, de 26 años, Oscar Aredes, de 19, y Roberto Argañaraz, de 24, fueron acribillados por las balas policiales mientras  conversaban y tomaban una cerveza en la esquina de Guaminí y Figueredo, a tres cuadras de Camino Negro y a tres del Riachuelo.  

Un abogado de larga tradición en los Derechos Humanos, Leon Toto Zimerman, se puso la causa al hombro e impulsó con fuerza la investigación. Después de dos juicios, uno en 1990 y otro en 1994, se condenó al suboficial Juan Ramón Balmaceda, el cabo Juan Alberto Miño y el sargento Isidro Rito Romero a 11 años de prisión. Sin embargo, los asesinos estuvieron varios años prófugos gracias a la complicidad de la Policía durante la presidencia de Menem. Romero fue detenido recién el 9 de octubre de 1998; Miño fue capturado el 19 de septiembre de 2006, mientras que Balmaceda, fue encontrado por la policía el 2 de noviembre del mismo año.

Hubo una larga campaña popular para encontrar y encarcelar a los tres asesinos. Fueron muchos años de lucha contra la impunidad y una vez más la lucha popular, la participación activa de organizaciones barriales, culturales, sociales, de derechos humanos, sindicales y políticas, permitió que finalmente los asesinos vayan a prisión.

En conmemoración de este caso de “gatillo fácil”, en 2012, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, fue instituido el 8 de mayo como “Día Nacional contra la Violencia Institucional”, a través de la ley 26.811.

Un documental del realizador italiano-argentino Mario Celestino, residente hoy en Italia, expone la masacre. Celestino estudió cine en La Plata y es egresado de la Escuela de Cine de Avellaneda.

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