Calles y colectivos vacíos. Fuertes controles en los accesos a CABA. Las nuevas medidas limitan por nueve días las actividades presenciales de todo tipo salvo las actividades esenciales.

Calles desiertas, colectivos semivacíos, comercios sin gente y pocos pasajeros en las cabeceras de trenes y subtes metropolitanos, todo bajo una lluvia persistente, fueron las postales del primer día de aislamiento estricto dispuesto por el gobierno nacional para contener el incremento de casos de coronavirus en las zonas con mayor riesgo epidemiológico como el AMBA, donde hubo fuertes controles en los accesos a la Ciudad de Buenos Aires.

Los primeros negocios en abrir sus puertas fueron las farmacias, panaderías y supermercados, todos bajo la categoría de esenciales, pero había pocos clientes dentro, y en las calles circulaba un puñado de personas que lo hacían solas o con sus mascotas, observó Télam en una recorrida por barrios porteños.

El transporte funciona con cronograma de fin de semana y de uso exclusivo para trabajadores esenciales.

El aislamiento estricto que anunció en la noche del jueves el presidente Alberto Fernández, que comenzó a regir a las 0 horas de este sábado y se extenderá hasta el 30 de mayo inclusive, limita las actividades sociales, económicas, educativas, religiosas y deportivas en forma presencial, con la salvedad de los comercios esenciales que deben funcionar con servicio a domicilio y para llevar.

La circulación sólo está permitida en las cercanías del domicilio, entre las 6 de la mañana y las 18, o por razones especialmente autorizadas.

Fuente: Télam