Se cumplen 73 años de un hito del deporte argentino. El 7 de agosto de 1948 el maratonista Delfo Cabrera conquistaba la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Londres al triunfar en la competencia. Delfo Cabrera fue vecino de nuestra ciudad y desde hace unos años un importante Polideportivo de Avellaneda lleva su nombre como homenaje.
Delfo Cabrera, no solo fue un gran atleta, sino una persona de bien, de gran entereza y de gran dignidad, que tuvo que enfrentar las infamias y deshonras con que pretendieron castigarlo, por su filiación política, quienes usurparon el poder a través del golpe estado del año 1955.
Delfo cabrera, nació en Armstrong, Santa Fe, un 2 de abril de 1916. En el seno de una familia muy humilde, tuvo que salir a trabajar desde muy joven. Así, después de la Escuela iba a levantar la cosecha del maíz en el campo. Años más tarde comienza demostrar sus condiciones para el deporte y se destaca en atletismo, ganando varias carreras y comienza a competir con éxito a nivel nacional.
En 1932 el logro del argentino Juan Carlos Zabala en el Maratón de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles le dará el impulso para iniciar su carrera como corredor profesional. A los 18 años llega a Buenos Aires, para formar parte del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.
El Oro
Cabrera comenzó en el club azulgrana, a prepararse en para los Juegos Olímpicos de Londres 1948. Muy cercano al Peronismo, logró conseguir un pasaje para viajar a Londres en el Vapor Brasil. En el barco pudo continuar con la preparación física para el desafío olímpico.A diferencia de varios de sus competidores. Cabrera nunca había competido en un maratón y tampoco había conseguido la preparación óptima para tal competencia. Sin embargo, contaba con la llama del fuego sagrado, que marcó la diferencia con sus competidores.
El atleta argentino con la casaca número 233, comenzó la maratón por las calles de Londres en los últimos puestos. Siguió a sus rivales de atrás, con paso firme, erguido. Faltando unos 7 kilómetros para culminar la prueba, Delfo quedó en la segunda posición. Luego de un momentáneo primer lugar por el retiro del coreano Chi Yoon-Chil, volvió al segundo puesto tras ser superado por el belga Etienne Gailly.
Al ingresar al estadio olímpico de Londres se mantenían esas posiciones, pero Gailly parecía agotado y Cabrera, con resto. Más de setenta mil personas observaron el sprint final del argentino, quien superó al europeo en una épica final y obtuvo el primer lugar tras 2 horas, 24 minutos, 51 segundos y 4 centésimas.
Guiñez y Sensini, lograron el 5° y 9° lugar respectivamente, y hasta ese momento ningún otro país había podido clasificar a 3 corredores entre los primeros 10 puestos en una maratón olímpica.
La heroica actuación de Delfo repercutió de gran forma en Buenos Aires. Le ofrecieron retornar en primera clase a bordo del Vapor Brasil, oferta que fue desechada por Cabrera, que prefirió volver en tercera clase, con el resto de la delegación.
Tras su regreso fue homenajeado en diversos actos, y el 17 de Octubre de 1949 con la medalla peronista al mérito deportivo. También recibió como premio una vivienda otorgada por la Presidencia de la Nación, en Villa Dominico. Más tarde cursó estudios de Educación Física.
Afiliado al Partido Peronista, fue paradigma del proyecto nacional en el deporte. Diría Delfo: “El atletismo era hasta ese momento un deporte relegado. El General Perón dispuso que fueran a Londres todos los deportistas argentinos que pudieran hacer marcas mínimas. Entre esos deportistas me encontraba yo. Uno de los opositores que siempre tiene nuestro deporte y que no están armados de nuestra filosofía política, apostó una cena a que ninguno de los tres maratonistas (argentinos) merecían haber llegado a Inglaterra; sin embargo, ocuparon el primero, quinto y noveno lugar, escribiendo una de las páginas más brillantes del deporte argentino. Y esto se le debe exclusivamente a Perón”.
Cabrera, pagará un alto precio por el apoyo que recibió del peronismo para fomentar el deportey por su lealtad a Perón y a las banderas peronistas. A partir de 1955 su nombre junto a centenares de deportistas integrará una lista de prohibidos que impulsó la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu, para participar en todo tipo de eventos deportivos dentro y fuera del País
Además de ser despedido del Cuerpo de Bomberos donde trabajaba, se le impedirá participar de los juegos olímpicos del año siguiente. Igual, siguió fiel a sus convicciones políticas, resistiendo a los represores de turno. Solamente consiguió un empleo de maestranza en el Jardín Botánico. Recién en 1973, durante la presidencia del Dr. Héctor José Cámpora se le devolverá su rango en el Cuerpo de Bomberos. Continuó ligado a la preparación física, ya como profesor hasta que llegó a presidir el Comité Olímpico Argentino
Delfo Cabrera dejó de existir el 2 de agosto de 1981 en un accidente automovilístico en Alberti, provincia de Buenos Aires, cuando regresaba de ser homenajeado en Lincoln.Al momento de fallecer, Cabrera tenía 62 años de edad.
Hasta su muerte fue un fiel militante de las ideas por las que combatió durante toda su vida.
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