La narrativa de la “hambruna global” está impulsada desde los países dominantes para llevarse nuestros alimentos
A partir de las expresiones del Gobernador del Banco de Inglaterra que auguró una “hambruna global”, algunos medios y periodistas genuflexos al Poder Económico han comenzado a instalar el mensaje apocalíptico.
No permitamos que nos engañen y nos convenzan de que hay que aceptar la escasez de alimentos en un país como Argentina, que produce alimentos y donde no debería haber gente con hambre.
Es más, los alimentos deberían ser muy accesibles en un país como el nuestro si existieran políticas públicas del gobierno que evitaran que los pool de siembra y los monopolios productores y exportadores, manejen los precios del mercado interno.
Compartimos una reflexión anónima sobre el tema:
“Los ingleses han dominado el mundo mucho más por su diplomacia y su capacidad de construir narrativa que por la fuerza de sus armas. Y acá van preparando la narrativa que se difunde en estas latitudes a través de los medios del poder: van a escasear los alimentos y la hambruna será global, siempre según el relato de estos piratas.
Pero son patrañas. Podrá haber hambruna en Sri Lanka y ya la está habiendo, porque la política de ese país erradicó la agricultura por razones “ecológicas” y ahora están al horno.
Puede haber hambruna en Inglaterra y en Europa en general, puesto que ellos no producen todo el alimento que consumen. Pero no puede haber hambruna —ni mucho menos— en nuestra América. Aquí producimos más de lo que consumimos.
Entonces la narrativa va así: nos convencen de que la hambruna será global y nos van condicionando mentalmente para aceptar que falte aquí el alimento cuando haya escasez en los países desarrollados. ¿Se entiende? Escasea allí, se lo llevan de acá y entonces la escasez pasa a ser acá. “Es por la guerra en Ucrania”.
No hay que picar, es todo sarasa de inglés. Nosotros defendamos políticamente lo nuestro y no nos preocupemos tanto en agradar a esos tiburones para quedar bien con el “mundo”. Nos están preparando para robarnos y hay que decirles que no.
Si nos paramos firmes sobre lo que es nuestro, a ellos no les va a quedar otra que venir comercialmente al pie y pagar lo que vale aquello que ellos necesitan y nosotros tenemos. Eso sí, que a ningún argentino le falte el pan…..”
