Desde hace tiempo, pero sobre todo en los últimos meses se han producidos agresiones cada vez más violentas. El alegato del fiscal Luciani, anunciando durante varios días que tenía toneladas de pruebas para condenarla, pero no pudiendo presentar una sola, instaló en sectores la población indignación y repudio contra la vicepresidenta.

También recientemente el dirigente opositor López Murphi, difundió y fue ampliamente difundido su propuesta “Son ellos o nosotros”. Anteriormente las bolsas mortuorias colgadas en la verja de la casa de gobierno, los carteles pidiendo la muerte de de distintos dirigentes políticos y de derechos humanos, manifestantes portando “guillotinas”, hasta la represión de la policía de la ciudad de Buenos Aires a manifestantes pacíficos en las manifestaciones de apoyo a Cristina o la agresión al diputado Máximo kirchner, por la policía de Horacio Rodríguez Larreta, también durante esos encuentros.

El odio genera violencia.

El gobierno nacional, los partidos democráticos y la sociedad deberán encontrar los mecanismos para enfrentar y neutralizar la violencia irracional que escala cada día y alerta sobre el peligro de volver a repetir historias dolorosas del pasado y volver a vivir una realidad desgarrante.