Los manifestantes corearon consignas trazando paralelismos entre la situación actual y la revolución de 1789 en medio de las protestas contra la reforma de pensiones que el presidente Emmanuel Macron estableció por decreto eludiendo la votación en la Asamblea Nacional.

La reforma implica aumentar la edad jubilatoria de los 62 a los 64 años, tiente el rechazo mayoritario de la población y  de los sindicatos de trabajadores más importantes.

La capital francesa vive manifestaciones diarias desde hace ocho días, que la policía reprime y sus calles se encuentran saturadas de basura por la huelga de los recolectores.