El 24 de marzo de 1976, las fuerzas armadas derrocaron al Gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón. Comenzó entonces la más atroz dictadura cívico, militar, eclesiástica que asoló nuestro país. Más de 30.000 detenciones-desapariciones de personas, centenares de secuestros, torturas en centros clandestinos de detención, apropiación de recién nacidos y exilios forzados de miles de argentinos, fueron el saldo más trágico del genocidio. Pero este horror, tapa el verdadero objetivo del genocidio: instaurar un modelo liberal que destruyera la soberanía de nuestro país, aniquilando a su proceso industrial y a su trabajadores. El dictador Jorge Videla y el oligarca José Martínez de Hoz fueron sus máximos impulsores y quienes estuvieron al frente de la muerte y el saqueo. Vale recordar que ambos murieron estando presos al ser condenados por la justicia nacional.

Esta reparación, fue posible por la lucha del pueblo argentino y porque el gobierno del presidente Néstor Kirchner tuvo la decisión para que el Congreso de la Nación “anule las leyes de Obediencia Debida y Punto Final”, así como “el decreto de Fernando De la Rúa que prohibía la extradición de personas involucradas en violaciones a derechos humanos ocurridos entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983”.

Honor a todos los caídos en la lucha por la liberación nacional.

Algunas de las imágenes emblemáticas de ese período de horror.

Agenda del Sur