Rubén Amaro González era un joven correntino que trabajaba en la planta Cristalux de Avellaneda. El 30 de diciembre de 1976, González salió de la fábrica, ubicada en la avenida Hipólito Yrigoyen (en ese momento Pavón) 2008, de Gerli, y nunca regresó a su domicilio.
Días atrás el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), informó la identificación de Amaro González, que había sido enterrado como NN en el sector 134 del cementerio de Avellaneda.
Investigaciones y relatos de testigos demostraron que a Rubén Amaro lo bajó del colectivo en que viajaba un retén de la Policía Bonaerense, lo fusilaron y arrojaron su cuerpo en un basural de Villa Dominico. Días más tarde, fue enterrado en las fosas el cementerio municipal.
González Fue asesinado el 30 de diciembre de 1976 en el cruce de Varela cuando volvía del trabajo a su domicilio en Florencio Varela entre las 23 y las 24 horas. Su cadáver apareció en la zona de Villa Dominico en los canales de Santo Domingo y Sarandí, zona usualmente utilizada por la dictadura para el fusilamiento y abandono de personas asesinadas por las fuerzas de seguridad.
Pero Rubén no fue el único trabajador de Cristalux desaparecido. El 28 de julio de 1977, el obrero y militante montonero, Julio Luis Landricina, fue sacado de su hogar, una casilla ubicada en la calle Bahía Blanca al 1400 de la localidad de Wilde, por parte de un grupo de tareas del Ejército. Hoy, aún continúa desaparecido. Su primo, Luis Landricina (famoso humorista) se acercó a las comisarias cercanas, consultando por su familiar, la respuesta fue “no te metas o también te metemos a vos”.
Tres años antes de producirse el golpe genocida, Argentina era un hervidero. Motivados por el levantamiento obrero en Córdoba (1969, Cordobazo) y en Villa Constitución, Santa Fé (1973, Villazo) con sus correspondientes coordinadoras obreras, los obreros de Cristalux jugaron un papel muy activo en la lucha de clases, tomando la fábrica y exigiendo mejoras en las condiciones de trabajo y aumentos salariales.
El fusilamiento de González, y posterior desaparición de Landricina, van de la mano del pedido de terminar con la ola de levantamientos obreros, por parte de las cámaras empresariales a los militares, desde hace mucho antes al 24 de marzo de 1976. Apoyados por partidos como la Unión Cívica Radical y parte del Partido Justicialista, mentores de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA) liderada por López Rega.
Fuente: Partido Obrero Avellaneda