(Por Jorge Altamira). La suspensión de las elecciones en San Juan y Tucumán está lejos de ser la última intervención de la Corte Suprema en el proceso electoral de este año.
Los medios de comunicación ya han insinuado que podría ocurrir algo similar en Formosa y San Luis, donde está habilitada la reelección indefinida – incluso en la provincia de Santa de Cruz. El texto de los supremos reivindica el derecho a asegurar la rotación de los mandatos y evitar la perpetuación del poder. En la misma línea de intervención, su presidente, Horacio Rosatti, le adjudicó a la Corte el control de la emisión monetaria, alegando una cláusula constitucional. El asunto ya ha sido ventilado por el ex cortesano menemista Antonio Boggiano, en la columna ‘top’ del diario La Nación. Se trata de un menudo asunto, porque la emisión de moneda o, lo que es lo mismo, la ampliación del balance del Banco Central, es el recurso fundamental aplicado en todo el mundo para rescatar a los grandes capitales en todas las grandes crisis, incluido el subsidio billonario de la Reserva Federal norteamericano en ocasión del derrumbe de la Bolsa cuando la irrupción de la pandemia. No sabemos si es lo que tenía en la cabeza Sergio Massa cuando en la “cumbre” de la Cámara Norteamericana de Comercio, reivindicó la intervención del Banco Central para detener la última corrida cambiaria. Todo indica que el trío Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda tiene la pretensión de intervenir en el proceso político como lo ha venido haciendo la Corte brasileña desde 2016. El otro cortesano, Lorenzetti, de viaje por Europa, no fue informado de nada. Parece que la Corte no tiene un grupo de WhatsApp.
De las infinitas crisis que atraviesa el actual proceso electoral, la más delicada es la del Frente de Todos – esto si se excluye un cese del mandato del Gobierno en caso de una estampida hiperinflacionaria. Cristina Kirchner y Sergio Massa reclaman un candidato único del oficialismo, lo que supone, por lo menos, la exclusión de Daniel Scioli para la elección nacional y la de Tolosa Paz en Provincia. Es lo que habría insistido, en ‘off’, el mismo Massa en la “cumbre” de ayer. Esta sería una de las razones que podría llevar a una suspensión de las Paso; la otra es evitar que un colapso del oficialismo en las Paso produzca una crisis financiera y de poder inmediata. La Corte podría intervenir para declarar esa suspensión inconstitucional o violatoria del derecho político a ser elegido.
La candidatura de Sergio Massa, sin embargo, está atada al acuerdo con el FMI, en especial ahora que el acuerdo votado por el Congreso está quebrado. Las Paso dejarían fuera de competencia al ministro de Economía, que se convertiría, como se dice de Alberto Fernández, en un “pato rengo”. La realización de las Paso beneficiaría a Javier Milei, quien sin rivales internos emergería como el candidato individual con mayor cantidad de votos. Milei no asistió ayer a la “cumbre” de AmCham, porque reúne, dijo, a “capitalistas prebendarios”. Milei tampoco resistiría una interpelación pública, incluso de quienes aportan a su campaña. Nota aparte, la “cumbre” -y en especial el embajador de Estados Unidos- no ocultó su favoristismo por Rodríguez Larreta.
La Corte decidió la suspensión de las elecciones en Tucumán y San Juan con toda conciencia de que ha dado un primer paso para supervisar el conjunto del proceso político que debería culminar el 30 de octubre próximo o el 10 de diciembre. Esta decisión replantea las pujas políticas en todas las tiendas políticas. Incluso la Unidad Piquetera y el PO oficial han llegado a un acuerdo con los aparatos sociales y sindicales del kirchnerismo para voltear a Tolosa Paz del ministerio de Desarrollo Social, y sacarla de la interna justicialista. Scioli y otros competidores deberán dejar en claro si están dispuestos a destituir a Massa y a comprometer la renovación del acuerdo con el Fondo. Massa mismo está en la situación más difícil: su candidatura única del FdT depende de que acepte devaluar el peso oficial, como plantea el FMI, a 350 por dólar. Como se ha oido decir en las “clases magistrales” de quienes probablemente nunca leyeron al alemán Hegel: “todo tiene que ver con todo”.
Jorge Altamira.