El odio al pueblo de la derecha, la oligarquía y los sectores medios acomodados atacaron brutalmente a la población civil. Más de más de 300 personas asesinas y centenares de heridos provocó la criminal acción de los “republicanos”. Se lanzaron más de cien bombas con un total de entre 9 y 14 toneladas de explosivos. El mayor atentado terrorista de nuestro país.

En la mañana del 16 de junio de 1955, efectivos de la marina de guerra y “comandos civiles” integrados por dirigentes de los partidos políticos opositores intentan sin éxito copar la Casa Rosada. A mediodía, aviones la Armada bombardean y ametrallan la sede del gobierno y a la población que se encontraba en la Plaza de Mayo y en sus alrededores.

Una de las primeras bombas estalla en el techo de la Casa Rosada. Otra ,en  un trolebús con niños escolares  y mueren todos su ocupantes. Los aviadores subversivos lanzan nueve toneladas y media de explosivos. Luego huyen al Uruguay.

Era la antesala de la trágica irrupción oligárquica-imperial que  tres meses después, que iba a derrocar al  gobierno constitucional del General Perón.

Un gobierno que entre 1946 y 1955, partiendo de un país con la mayoría de la población empobrecida, injusto y dependiente como el que hoy sufrimos, supo construir una nueva Argentina justa, libre y soberana.

Un gobierno que pudo crear un ministerio de trabajo, triplicar los salarios y asignarle a los trabajadores más de la mitad del producto bruto nacional. Que pudo crear un ministerio de educación y quintuplicar el presupuesto en esa área, doblar el sueldo de los docentes, y construir más escuelas que las hechas a lo largo de toda la historia del país. Que pudo crear un ministerio de salud pública y multiplicar cincuenta veces su presupuesto, y bajar en solo dos años los casos de paludismo de veintitrés a mil a quinientos. Que construyó, entre otras, setenta y seis mil obras públicas, un gasoducto de mil setecientos kilómetros que transportaba diariamente un millón de metros cúbicos de gas; que construyó también,  el aeropuerto internacional más grande del mundo. Que produjo todo el carbón, el aluminio, el gas y el petróleo que se consumía. Que se creó una planta nacional de energía atómica. Que convirtió al país en uno de los seis que volaban sus propios aviones a reacción. Que canceló totalmente la deuda externa. Que duplicó la renta nacional

No, esta  realidad que en nueve años ubicó al país como modelo de dignidad y desarrollo no podía seguir.
Había que acabar con el gobierno del general Perón.
 La
oligarquía ambiciona el regreso al poder total, la restauración de su régimen conservador y la anulación del proceso revolucionario iniciado en 1943.

Durante décadas, el Bombardeo a Plaza de Mayo permaneció como un hecho olvidado de la historia argentina. Recién en 2005, por iniciativa del Presidente Néstor Kirchner, la Secretaría de Derechos Humanos inició una investigación sobre el ataque del 16 de junio de 1955. Luego, en 2008, durante el mandato inicial de Cristina Fernández de Kirchner, se inauguró el primer monumento oficial en homenaje a las víctimas del Bombardeo, ubicado en las inmediaciones de la Plaza de Mayo. Un año después se sancionó la ley 26.564, que otorgó el derecho a percibir indemnizaciones a las víctimas del ataque.

Fuente: Instituto por la Memoria del Pueblo (IMEPU).Y extracto del libro “Mártires y Verdugos”, del historiador Salvador Ferla, Editorial Revelación – 3ra. Edición, Buenos Aires- octubre de 1972.