La Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) expresa su preocupación por el aumento de la prevalencia de sobrepeso en las infancias entre los 5 y 17 años. En nuestro país casi la mitad de los chicos –a partir de los 5 años- que se atiendan en consultorios pediátricos por controles de salud, tendrán sobrepeso u obesidad. “El Tratamiento y la prevención de la obesidad infantil es fundamental para evitar la obesidad en los adultos”, advierten desde la SAN.

El dato surge de la última encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNYS) realizada entre los años 2018 y 2019, donde el 13,6 % de los niños menores de 5 años y el 41,1% de los niños y adolescentes de 5 a 17 años de nuestro país tiene algún grado de exceso de peso: sobrepeso u obesidad.

“Tendemos a pensar que el sobrepeso se va a resolver solo o en la adolescencia se va a estirar, sin embargo, la tendencia natural y biológica del exceso de peso en la infancia es ´arrastrarse´ hacia la adolescencia y luego en la vida adulta. Es por ello que en la misma encuesta, se demostró que el 60% de la población argentina adulta tiene exceso de peso”, advirtió la doctora Irina Kovalskys (M.N. Nº 80503) médica pediatra, especialista en Nutrición.

Y agregó: “La mitad de los niños que tienen obesidad, tiene al menos, una complicación de salud cardiovascular (hipertensión, colesterol o triglicéridos elevados en sangre, depósitos de tejido graso en otros órganos como hígado o arterias, entre otras)”.

Además, las niñas con exceso de peso tienen 4 veces más riesgo de embarazarse con sobrepeso. El comenzar un embarazo con exceso de peso y ganar más peso durante el mismo es un factor de riesgo importante para la salud gestacional.

Cabe destacar que las complicaciones de salud que acompañan a la obesidad, no dan síntomas, por lo tanto, tendemos a considerar que el exceso de peso no es un problema de salud en la infancia, cuando en realidad lo es. Lo mismo sucede en la vida adulta.

“Es importante considerar que tener sobrepeso en la infancia y la adolescencia altera la calidad de vida dificultando una buena relación con el movimiento saludable, indispensable para el crecimiento”, expresó Kovalskys.

Si bien los datos obtenidos por la ENNYS son previos a la pandemia del COVID 19 y sabemos que, tanto en Argentina como en el mundo, la pandemia ha incrementado las tasas de obesidad debido al encierro y al impacto que ha tenido el contexto sobre la salud mental y ambiental de toda la sociedad.

“Una población infantil más sana tiene menores costos en salud, menor ausentismo laboral y escolar, menor riesgo de enfermedades asociadas y mejor calidad de vida de los niños, entre otras virtudes”, destacó Kovalskys”.

Desde la SAN recomiendan como prioritario consultar con el pediatra y descubrir las potenciales causas de la obesidad. Aproximadamente un 5% de las obesidades son de causa genética y merecen un trato apropiado y especializado. La complejidad de las causas que conducen a la obesidad es determinante a la hora de considerar las estrategias de tratamiento destinadas a abordarlas. Un tratamiento centrado en la raíz del problema, basará las soluciones a partir de un diagnóstico preciso y tratará de contemplar – con las herramientas disponibles- un abordaje basado en ese paciente y su familia.

Primero la prevención

La prevención de la obesidad infantil puede hacerse a muchos niveles: individual, familiar, escolar, en la sociedad, etc. La prevención con base en la familia se centra en:

– La dieta.

– La actividad física.

– La modificación del comportamiento y las habilidades de los padres para apoyar la salud y el bienestar de la familia a nivel de la alimentación.

Algunas medidas simples para adoptar en familia:

– Realizar las comidas en familia y fomentar la actividad física en familia.

– Los niños deben realizar al menos 60 minutos por día de actividad física moderada a vigorosa.

– Tener disponibilidad de frutas y verduras de estación. Ofrecer al menos 5 porciones de frutas y vegetales por día.

– Ofrecer y estimular el consumo de alimentos de buena calidad nutricional.

– Adaptar las porciones a la edad biológica y al gasto calórico del niño.

– Favorecer el sueño reparador de al menos 9 horas para los menores de 10 años y 8 horas para los adolescentes.

– Colaborar con minimizar los tiempos sedentarios en pantallas y maximizar el juego libre y espontáneo.

– Acceder a información confiable sobre nutrición y salud.

– Tener en cuenta que los padres son modelos para sus hijos y pueden educar con el ejemplo.

Este es uno de los temas del XXII Congreso Argentino de Nutrición que se desarrollará en la ciudad de Mar del Plata del 15 al 18 de Noviembre y serán tratados en la conferencia de Coalición Nacional para Prevenir la Obesidad Infantil en Niños, Niñas y Adolescentes.

Fuente: Sociedad Argentina de Nutrición