En contra de todas la voces cómplices y negacionistas la comunidad internacional reconoció de esta manera a la emblemática ESMA como un símbolo de la memoria de horror del Terrorismo de Estado instaurado por la dictadura, Cívico, Eclesiástica, Militar de 1976. El Museo Sitio de Memoria ESMA, ubicado donde funcionó el mayor centro clandestino de detención del país durante la última dictadura cívico militar, ingresó este martes en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, al ser declarado como un lugar con un “valor universal excepcional” durante la 45ª sesión del Comité del organismo que se desarrolló en Riad, Arabia Saudita. “La Argentina debe ser felicitada por traer esta nominación y buscar justicia por los hechos cometidos por la dictadura contra oponentes armados y no armados y entender la influencia global y la resonancia de estos eventos en el Museo ESMA”, indicó el organismo al anunciar la declaración.
La ex Esma
En la Argentina, entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, las Fuerzas Armadas junto a sectores poderosos de la sociedad civil instauraron una política de terror, para lo cual implementaron un plan sistemático de desaparición de personas.
Con el argumento de la existencia de un enemigo interno, las Fuerzas Armadas instalaron alrededor de 700 centros clandestinos de detención en todo el país, emplazados en su mayoría en medio de las ciudades: cuarteles, comisarías, dependencias militares y policiales, escuelas, empresas, fincas particulares y otros sitios de paso. La totalidad del aparato estatal estuvo al servicio del terror planificado y sistemático, institucionalizando el secuestro, la tortura y la desaparición forzada de personas. La ESMA fue un engranaje clave de ese plan sistemático.
Se calcula que entre 1976 y 1983 pasaron por allí alrededor de cinco mil personas; la mayoría fueron trasladadas en aviones de las fuerzas armadas y arrojadas vivas al Río de la
Por decisión del entonces gobierno de Néstor Kirchner, el 24 de marzo de 2004, fue constituido como Espacio Memoria y Derechos Humanos. En este predio se conservan las marcas y los vestigios del paso por este campo de concentración de las personas detenidas – desaparecidas, para continuar con los estudios que puedan permitir el acceso a nuevas evidencias judiciales y como fuente documental para la reconstrucción histórica de los hechos acontecidos.