Por Leonardo Perna. Jorge Macri les declara la guerra a “manteros” y a los sintecho. El sábado pasado, a la madrugada, un megaoperativo de inspectores y policías del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires llevó adelante el desalojo de más de 2.000 feriantes y manteros en el Parque Centenario.
Jorge Macri anunció que tomó la decisión por un supuesto pedido de vecinos contra los manteros. “Entre los vecinos había un reclamo que se repetía: la usurpación del espacio público que hacen los manteros. Hoy a primera hora realizamos un operativo para impedir que se instalen y sacarlos del parque. Los que genuinamente quieran trabajar tienen el lugar para hacerlo en las Ferias de la Ciudad. No vale todo ni da todo lo mismo”, tuiteó. Las “Ferias de la Ciudad” es un pequeño circuito de puestos que es regenteado por el propio gobierno porteño, dónde sólo pueden operar quienes se encuentren registrados.
Unos 100 inspectores del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana y decenas de camiones celulares de la policía comenzaron a rodear y bloquear el acceso al parque desde las 5 de la mañana. Horas después apareció el propio Jorge Macri acompañado por el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff. El propio Wolff títuló: “donde había una feria ilegal, ahora hay orden”.
Desde la organización de vendedores ambulantes Vendedores Libres se denunció la grave situación que se desarrollaba en el parque: “Así se detenía a la madrugada de hoy en Parque Centenario a vendedores para robarles sus pertenencias, amenazarlos con encarcelarlos y violentarlos de todas las formas, son miles de vendedores de cosas usadas, otros hacen trueque, el parque militarizado y cazando trabajadores”. La venta a través de puestos a veces improvisados es una realidad extendida en todo Buenos Aires, que tomó fuerza desde mediados del año 2023 y se masificó aún más en los últimos meses de crisis y depresión económica.
En horas del mediodía, los feriantes cortaron la avenida Ángel Gallardo pidiendo una solución tras verse impedidos de realizar su trabajo.
El sábado por la tarde, entre los vecinos, la sensación era de consternación, en vísperas del Día del Niño. Junto a los “manteros”, también se cerraron la feria artesanal, los puestos de libros y los de discos y todos los puestos de la avenida Ángel Gallardo-Antártida Argentina. Más que “ordenado”, el parque se veía desolado. Varios comentaban que nunca desde sus comienzos en la década del 80 la feria de Parque Centenario se encontró cerrada y militarizada.
Macri, Bullrich y Milei
Macri viene llevando en los últimos meses una guerra sin cuartel contra los trabajadores marginalizados. En materia de regimentación de la vía pública, mantiene una agenda represiva que no tiene nada que envidiarle al gobierno nacional.
Esta campaña contra los manteros recorrió Parque Patricios, Constitución, Plaza Once y Retiro. Logró expulsar, por medio de redadas y detenciones, al grueso de los trabajadores ambulantes de esas calles y esquinas neurálgicas de la ciudad.
Del mismo modo, en nombre de la defensa del “espacio público”, el Gobierno de la Ciudad lleva adelante razzias permanentes contra personas y familias que duermen al desamparo en veredas y halls de edificios, robando y quitando sus pertenencias, incluso frazadas y colchones. El mismo método utiliza para los manteros a los que la Policía de la Ciudad levanta, como en los tiempos de la UCEP de su primo Mauricio, a cualquiera que coloque su pequeña manta tomando su mercadería y, en los casos de encontrar resistencia, los lleva detenidos.
A mediados de junio, la Policía de la Ciudad protagonizó una violenta situación en el barrio de Bajo Flores, donde ingresó con Gendarmería y escudos por la calle San Juan, un importante ingreso a la Villa 1-11-14. Con la excusa de allanar un local de celulares, abrió fuego con postas de goma en pleno día, hiriendo a vecinos y feriantes. Entre los varios heridos, un compañero del Polo Tendencia fue internado por recibir un balazo de goma en el rostro.
En un contexto agudo de hambre, miseria, corte de changas, falta de trabajo y despidos, estos trabajadores se encuentran ante una creciente política represiva que alimenta una verdadera olla de presión.
Fuente Política Obrera