El atentado que provocó las explosiones de Río Tercero de 1995 fueron una serie de detonaciones sucedidas en la ciudad cordobesa de Río Tercero, durante la presidencia de Carlos Menem. Ese día explotó la Fábrica Militar que se encontraba en esa ciudad, destruyendo el establecimiento y parte de la ciudad, causando la muerte de siete personas, hiriendo a más de trescientas y dañando seriamente la salud mental de la mayor parte de la población de la ciudad. La investigación judicial concluyó por unanimidad y con plena certeza que el móvil de la explosión fue el encubrimiento del contrabando de armas a Ecuador y Croacia realizado entre 1991 y 1995, durante el gobierno de Menen. Se trató de un atentado pergeñado y ejecutado por las más altas autoridades del Poder Ejecutivo de la Nación, encabezado por el entonces presidente Carlos Saúl Menem en asociación ilícita con jerarcas militares. El “procesamiento” del expresidente Carlos Menem quedó suspendido debido a las apelaciones en trámite. En el juicio concluido en junio de 2013, el Tribunal Oral en lo Penal Económico Nº 3 porteño condenó al ex presidente Carlos Menem a 7 años de prisión por el contrabando ocurrido entre 1991 y 1995, pero la condena también quedó sin efecto por argucias judiciales.
El juicio
El juicio se realizó ante el Tribunal Oral Federal N.º 2 de Córdoba (Carlos Julio Lascano, José María Pérez Villalobo y Mario Eugenio Garzón) y comenzó en agosto de 2014, contra los cuatro “procesados” por el juez Ochoa incluidos en la elevación a juicio de 2012, mientras que el “procesamiento” del expresidente Carlos Menem quedó suspendido debido a las apelaciones en trámite.
El 23 de diciembre de 2014 el tribunal dictó la sentencia, estableciendo que las explosiones había sido causadas intencionalmente y condenando a los cuatro acusados, todos ellos militares retirados e ingenieros, por estrago doloso seguido de muerte: Edberto González de la Vega (13 años), Carlos Franke (13 años), Jorge Antonio Cornejo Torino (13 años) y Marcelo Diego Gatto (10 años).
El tribunal también valoró la pericia que analizó el inventario de la fábrica detectando “un importante faltante de explosivos, proyectiles y municiones”,41 y concluyó por unanimidad y con plena certeza que el motivo de la explosión fue el encubrimiento del contrabando de armas a Ecuador y Croacia.
Hechos
El 3 de noviembre de 1995, a las 8:55 de la mañana, se iniciaron en la Fábrica Militar «Río Tercero» una serie de explosiones que se extendieron a lo largo de todo el día, causando la muerte de siete personas, todas ajenas a la planta, ya que ninguna de las 400 personas empleadas presentes durante el siniestro resultó muerta. El siniestro causó también lesiones a más de trescientas personas, la mayoría de las cuales se encontraban fuera de la planta, donde hubo un solo herido grave.
La fábrica estaba ubicada a doscientos metros del límite del área urbana, razón por la cual las explosiones afectaron directamente a la ciudad: decenas de viviendas quedaron en ruinas y cientos fueron seriamente dañadas, al igual que los automóviles; toda el área urbana quedó regada de esquirlas, escombros y municiones de guerra. Las zonas más afectadas fueron los barrios aledaños a la fábrica: Escuela, Las Violetas, Libertador, Cerino, etcétera. El diario español El País describió el escenario en estos términos:
Las calles de la ciudad argentina, desolada, quedaron cubiertas con toneladas de escombros, cientos de grandes proyectiles y carcasas incrustados en el asfalto o dentro de las viviendas. Vainas de diferente calibre aparecían humeantes, y grupos de soldados y policías cargaban en camionetas obuses de un metro. Esquirlas como ladrillos atravesaron paredes. La onda expansiva resquebrajó viviendas, arrancó techos, calcinó vehículos y provocó daños materiales en diez kilómetros a la redonda.8
Las siete personas muertas (Romina Torres, Laura Muñoz, Aldo Aguirre, Leonardo Solleveld, Hoder Dalmasso, Elena Rivas de Quiroga y José Varela) eran todas ajenas a la fábrica, al igual que la gran mayoría de los heridos. Miles de personas huyeron con lo puesto de la ciudad hacia los pueblos vecinos, donde se instalaron en las plazas y casas de vecinos solidarios, que los apoyaron con alimentos, agua y acceso a los teléfonos para poder comunicarse con sus seres queridos.9
La población padeció masivamente los síntomas físicos y mentales propios de una guerra, siendo más acentuados en los niños. Se iniciaron más de diez mil demandas por daños y perjuicios contra el Estado argentino, que por su parte estableció un fondo de 80 millones de dólares para atender las indemnizaciones, con un tope por persona de 50 mil dólares.
“Menem murió en la más absoluta impunidad; la responsabilidad de esta impunidad le cabe a la Justicia, que es hija de su propia creación. Esa Justicia creada por Menem a la sombra de un legado nefasto de promiscuidad, donde el Estado se mezcló con la farándula y llevó a niveles de desocupación récord, de destrucción del aparato productivo, que se coronó con este atentado que sufrimos en Río Tercero”, opinó el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer a elDiarioAR.
Carlos Menem había sido declarado “persona no grata” en Río Tercero en noviembre del 2020. Por eso esa localidad no adhirió al duelo nacional decretado por Alberto Fernández el día domingo 14 de febrero.