Lanata murió este lunes a los 64 años luego de permanecer internado por seis meses en terapia intensiva a causa de una neumonía y una encefalopatía que agravaron sus problemas de salud preexistentes.

Su trayectoria, desde sus comienzos, es por todos conocida.

Pero en su última etapa fue un operador del poder concentrado.  De todas las denuncias que impulsó -operaciones políticas de prensa- la justicia no pudo comprobar ninguna. Con sus editoriales cargados de odio y mentiras daño a muchas personas.

Algunas de sus expresiones más difundidas, bien pueden aplicarse este momento: “Que la muerte, no convierta a una mala persona en buena”. “Ojalá que la historia lo juzgue como quien verdaderamente fue”.