Javier Milei esperaba una marcha triunfal de la Rosada al Congreso pero se encontró con calles vacías y con cacerolazo que se adueño del sonido de la transmisión oficial.
El presidente ya se esperaba un recinto semivacío, ya que el peronismo decidió aislarlo en la asamblea junto a otros bloques opositores. Ni Mauricio Macri, un aliado clave que le permitió llegar a la presidencia, se presentó en el Congreso.
El locutor oficial hizo un intento por recibir una palmada en la espalda cuando dijo que el sonido que copaba la transmisión era el de la fanfarria de los granaderos. Pero lo que sonaba era el sonido metálico inconfundible para los argentinos desde diciembre de 200.
Fuente: La Política On Line
