En este nuevo 24 de marzo -ante el avance de la devastación- la fecha es un estímulo necesario para recomponer fuerzas para enfrentar a la derecha genocida. Así, rescatamos algunas historias de la militancia, de la vida y de amor que son símbolo de la lucha nacional. Es este caso publicamos el conmovedor posteo de María Coronel, sobre la cruel represión a su familia, a ella misma y como logró sobreponerse.
“Hace 48 años, en alguna calle de Buenos Aires, los genocidas secuestraron a mi vieja y a mi hermana de 10 meses y las llevaron a la Esma. Cada vez que la pienso a mi mamá ahí, tirada en el piso, se me rompe el corazón imaginando lo que sintió cuando se la sacaron a la Lucía de los brazos. Ella nunca pudo saber que nuestra abuela la rescató, que nos criamos juntas, que sobrevivimos a todo, que nos amamos profundamente y que hoy somos mujeres militantes como ella.

En nuestras vidas siempre hubo gente que intentó callarnos justificando el genocidio con los “por algo será”. Sabemos muy bien que el camino que eligieron nuestros viejos (algo que no pudimos discutir con ellos porque los mataron a los dos, pero que reconstruimos como rompecabezas) no vino de la mano del odio sino de un profundo amor por su patria y de la convicción para pelear de verdad por derechos para todas las personas que la estaban pasando mal. Porque los que están en frente siempre fueron los mismos, siguen siendo los mismos y nos quieren de rodillas.
Por eso ninguna lucha es poca, ninguna lucha es en vano. Mal que les pese, la memoria crece.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
