La hostilidad hacia las y los periodistas, el uso de discursos confrontativos y la desinformación están generando un clima de violencia física, intimidación y censura que afecta gravemente el debate democrático. Cada vez más, en Argentina, la persecución y confrontación violenta frente al disenso; la divulgación de noticias falsas desde el Estado y la desinformación muestran una poderosa estrategia de adoctrinamiento y censura.

Ante el potencial peligro que esto genera para el debilitamiento del debate público -como Amnistía Internacional Argentina- enviamos en julio pasado una carta a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a las Relatorías Especiales de defensores de derechos humanos y de libertad expresión. En el escrito, relevamos información pública sobre el ensañamiento y agresión contra periodistas mediante redes sociales y otras estrategias para generar el efecto de silenciamiento y “asesinato de reputación”. También abordamos las restricciones en el acceso a las ruedas de prensa presidenciales y censura previa hacia periodistas.
Está rara la libertad.

Fuente: Amnistía Internacional Argentina
