La declaración que repudia la política de Benjamin Netanyahu en territorio palestino, lleva la firma de los exministros argentinos, Rafael Bielsa, Felipe Solá y Jorge Taiana. Exigen que se autorice “el tránsito sin restricciones de la ayuda humanitaria”. Hasta la fecha, son más de 50 000 las personas asesinadas, la mayoría niños y mujeres, según distintos organismos internacionales

DECLARACIÓN DE ExCANCILLERES LATINOAMERICANOS

Los ex Cancilleres latinoamericanos abajo firmantes condenamos

enérgicamente al gobierno israelí de Benjamín Netanyahu por su acción

indiscriminada contra la población civil en Gaza, al margen del Derecho

Internacional y, especialmente, del Derecho Humanitario.

Desde que Israel rompiera unilateralmente con el cese del fuego el 18 de

marzo, cerca de 2.000 palestinos han muerto en Gaza, la inmensa mayoría

civiles. A pesar de que la situación humanitaria en Gaza es insostenible, el 5

de mayo el gabinete israelí acordó intensificar las acciones militares, lo que

ha significado más muertes y destrucción.

Es urgente que se acuerde el cese al fuego en todo el territorio de Gaza, que

se permita el tránsito sin restricciones de la ayuda humanitaria y se

restablezca el Derecho Internacional.

Nuestra condena se extiende, clara y categórica, contra la acción terrorista

de la milicia Hamas contra la población civil en Israel, el 7 de octubre de

2023. Se trató de 1.200 víctimas fatales entre niños, mujeres y familias, y

del secuestro de 250 personas, algunas de los cuales aún permanecen en

cautiverio. Demandamos la liberación inmediata de los rehenes restantes.

Frente a ese ataque armado, le asistió a Israel el derecho a la legítima

defensa, conforme al artículo 51, Capítulo VII, de la Carta de Naciones

Unidas. Eso no está ni puede estar en discusión.

Sin embargo, hemos presenciado con estupor el ataque indiscriminado que

han llevado a cabo el gobierno de Netanyahu contra la población civil en el

territorio de Gaza, que ha costado la vida a 53.000 personas, entre ellos,

niños, mujeres y familias enteras, decenas de miles de heridos y cientos de

miles de damnificados y desplazados, además de la destrucción sistemática

de buena parte de la infraestructura, incluyendo viviendas, barrios enteros,

escuelas y hospitales.

Particularmente grave es la negativa a permitir la ayuda humanitaria sin

restricciones que la población imperiosamente requiere, generando un

peligro de hambruna generalizada. Con el bloqueo total decretado por el

gobierno de Netanyahu a la Franja de Gaza, más el desplazamiento forzado

de cientos de miles de personas desde el norte de Gaza hacia el sur, y los

bombardeos contra barrios enteros, Israel está incumpliendo obligaciones

que emanan de las normas del Derecho Internacional, incluyendo la

proporcionalidad y la necesidad de distinguir entre combatientes y población

civil, además de la obligación de tomar las medidas precautorias para evitar

el daño a civiles.

La Corte Penal Internacional (CPI) ha expedido, en noviembre de 2024, una

orden de arresto contra Benjamín Netanyahu y de su ex ministro de defensa

Yoav Gallant, así como contra el comandante de Hamas Mohammed Deif

(presuntamente muerto), por crímenes de guerra y crímenes de lesa

humanidad, y se encuentra investigando, en el caso de Israel, como su fiscal

ha señalado pública y formalmente, la posible comisión del delito de

genocidio.

Cabe tener presente que 124 estados miembros de Naciones Unidas (ONU)

han adherido al Tratado de Roma que creó esta importante institución en

2002. Aunque el estado de Israel desconoce esa competencia, en 2021, la CPI

resolvió que sus propias competencias se extienden a la Cisjordania y Gaza

desde que la secretaría general de la ONU aceptó la adhesión de los

palestinos al Estatuto de Roma.

Anteriormente, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió una resolución

conminando a Israel a cesar inmediatamente su ofensiva militar en la zona de

Rafah de la Franja de Gaza, así como “toda acción que pudiese infligir en el

grupo palestino en Gaza condiciones de vida que pudiesen significar su

destrucción física total o parcial”.

La comunidad internacional debe presionar para la obtención de un cese al

fuego que permita el ingreso y tránsito de la ayuda humanitaria

internacional sin restricciones, bajo la supervigilancia de la ONU. El informe

de la Relatora Especial de la ONU sobre la situación de los Derechos

Humanos en los Territorios Palestinos Ocupados sostiene que la violencia que

Israel ha desatado tiene como fin “provocar el desplazamiento forzado y la

sustitución de los palestinos”, lo cual “podría causar un perjuicio irreparable

a la propia existencia del pueblo palestino en Palestina”.

Finalmente, nos asiste la convicción de que no habrá paz verdadera entre

judíos y palestinos mientras no se reconozca la existencia de dos estados,

Israel y Palestina, coexistiendo uno al lado del otro, sobre la base de

fronteras seguras e internacionalmente reconocidas.

Que las palabras y el llamamiento a la paz del recientemente electo Papa

León XIV no caigan en el vacío. Es un deber de la comunidad internacional,

sus instituciones y Estados, contribuir a la paz y la seguridad en el Medio

Oriente, poniendo fin a la guerra de Gaza.

Carolina Barco (Colombia)

Rafael Bielsa (Argentina)

Mariano Fernández (Chile)

Alejandro Foxley (Chile)

Diego García Sayán (Perú)

José Miguel Insulza (Chile)

Susana Malcorra (Argentina)

María Emma Mejía (Colombia)

Heraldo Muñoz (Chile)

Rodolfo Nin (Uruguay) 

Aloysio Nunes (Brasil)

Marta Lucía Ramírez (Colombia)

Camilo Reyes (Colombia)

Felipe Solá (Argentina)

Jorge Taiana (Argentina)

Antonia Urrejola (Chile)

Ignacio Walker (Chile)

21 de mayo de 2025