Los profesionales de CONAE lograron desplegar la antena radar SAR y en 20 horas alcanzaron el modo Ciencia, en el cual se puede utilizar el radar; contra 72 horas que demoraron en 2018, cuando lanzaron el SAOCOM 1A.
En siete horas y media se desplegó con éxito la enorme antena radar SAR (Radar de Apertura Sintética) del satélite argentino de observación de la Tierra SAOCOM 1B. Las operaciones fueron realizadas de manera remota desde el Centro de Control de Misión, ubicado en Falda del Carmen, Córdoba, en el Centro Espacial Teófilo Tabanera de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) en el ámbito del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, con el soporte de las salas dispuestas en la sede de CONAE en la Ciudad de Buenos Aires y de INVAP en Bariloche y Córdoba.
“Una parte importante del diseño mecánico, térmico y de las automatizaciones del satélite están pensadas para las 36 horas posteriores al lanzamiento”, dijo Josefina Pérès, Jefa de Proyecto SAOCOM. En este sentido, el despliegue de la antena radar, representa la actividad más crítica que debieron sortear los ingenieros e ingenieras de CONAE en las primeras horas de vida del satélite en el espacio. Es un período que denominan “commissioning” y que comprende la puesta a punto del satélite apenas llega a su órbita. Esta actividad comenzó con la apertura de los paneles solares que cargan las baterías y con el encendido del GPS apenas fue lanzado. Hacia adelante, seguirán varios meses de chequeos para la puesta en servicio operativo y para lograr que el SAOCOM 1B comience a producir imágenes.
“Los siete paneles quedaron perfectamente alineados para que la antena radar de 35 metros cuadrados pueda cumplir con su objetivo”, dijo Lucas Bruno, jefe de operaciones de la Misión SAOCOM, y detalló: “Son tres paneles plegados de cada lado, que fuimos desplegando de a uno a medida que el satélite pasó sobre cada estación terrena, con una ventana de tiempo de 12 minutos por pasada. Es una actividad muy crítica, por eso no la hacemos a ciegas, sino sólo cuando estamos comunicados con el satélite. El despliegue total llevó alrededor de siete horas y media, con el seguimiento de todos los equipos de ingenieros mirando la telemetría desde Córdoba, así como de las sedes que nos dan soporte en Bariloche y Buenos Aires”. Además contaron con el soporte de estaciones terrenas de Noruega, Kenia, Antártida, Islas Kerguelen, Perú y Estados Unidos, y con las dos estaciones de la red de CONAE en Argentina, en Córdoba y en Tierra del Fuego.
“En 20 horas llegamos a modo Ciencia, es el modo funcional de la plataforma de servicios y de control de actitud para poder utilizar el radar”, dijo Pérès, y destacó que en 2018, cuando se puso en órbita al SAOCOM 1A (hermano gemelo del satélite lanzado esta semana), las mismas operaciones llevaron 72 horas. O sea, “la experiencia adquirida en estos años permitió hacer mucho más eficiente el trabajo del equipo de operaciones y los soportes asociados, entrenados y con mucha versatilidad y efectividad para re planificar y aprovechar al máximo todas las pasadas por las estaciones terrenas, con la dificultad de manejar por primera vez una constelación de dos satélites de observación de la Tierra”, aseguró. Al respecto, subrayó que las tareas que se están realizando actualmente con el SAOCOM 1B se llevan a cabo de manera simultanea con las rutinarias del SAOCOM 1A, lo cual representa un nuevo desafío. Ambos conforman la constelación SAOCOM e integran el sistema SIASGE, en conjunto con la Agencia Espacial Italiana (ASI).
Alinear satélites en órbita:
El SAOCOM 1B se lanzó entre 14 y 15 kilómetros por debajo de la órbita del SAOCOM 1A, que se ubica a 620 km sobre la Tierra. “Cada tres días, aproximadamente, de a poco vamos haciendo maniobras hasta ponerlo en la órbita de la constelación”, detalló Bruno. Para esto se libera un sistema de propulsión que demanda unas 70 maniobrasy que permite alinear al satélite con el 1A. Estas tareas se realizan simultáneamente a otras para testear los sistemas, realizar configuraciones y subir diferentes comandos.
El satélite viaja a una velocidad de 7 km por segundo y completa una vuelta al planeta cada 99 minutos, sumando poco más de 14 vueltas diarias. Sobre la estación terrena de Córdoba se puede ver 4 veces al día, durante unos 14 minutos por pasada. Esa es la ventana de tiempo que tienen los profesionales del CONAE para hacer su trabajo.
“Toda nuestra capacidad de controlar el satélite es durante estas pasadas por las estaciones terrenas. En este lapso de tiempo la principal rutina es enviarle las órdenes al satélite para las próximas 24 o 48 horas y hacer las adquisiciones (capturas de datos)”, dijo Bruno.
Fuente: Conae