En solo cinco meses de rebote ya se recuperaron 1 de cada 3 puestos de trabajo perdidos por la pandemia. La actual administración asumió la presidencia en medio de una profunda recesión económica iniciada en el segundo trimestre del año 2018. La irrupción de la pandemia del coronavirus agravó la crisis, por lo que, el gobierno nacional redefinió sus planes y reencauzó los recursos disponibles para mitigar los efectos del riesgo sanitario.
Si bien, las políticas sociales y económicas amortiguaron los efectos de la profundización de la recesión, la magnitud de la crisis del empleo y de las remuneraciones dan muestra de la dimensión de la contracción del producto.
A fin de observar la dimensión del accionar de la actual administración nacional, cabe destacar que, en la crisis del 2002, el PBI se contrajo un 11% y el trabajo registrado privado retrocedió un 10%. Mientras que entre enero y septiembre del año 2020 el producto se retrajo un 12% con relación al mismo período del año 2019 y el empleo registrado privado solo disminuyó un 4%, como consecuencia de las políticas sociales y económicas llevadas adelante por el gobierno nacional.
La actual gestión llevó adelante un paquete de medidas sociales y económicas con el fin de reducir las consecuencias negativas en la actividad económica afectada por las restricciones impuestas a la circulación de personas. Para ello, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) asistió a todas aquellas personas con imposibilidad de trabajar a causa de la emergencia sanitaria y sostuvo la demanda de alimentos evitando un mayor crecimiento de la pobreza e indigencia y el desempleo. De igual modo, las empresas que mermaron su actividad por el riesgo sanitario fueron beneficiadas por los ATP. Al mismo tiempo, que se lanzaron diferentes líneas de créditos subsidiados por el Estado nacional, con el fin de financiar a las empresas que sufrieron el impacto de la cuarentena. Asimismo, la doble indemnización establecida desde el inicio del actual gobierno evitó que la tasa de desempleo aumente de manera súbita. En este marco, la tasa de crecimiento de los salarios medios se vio afectada de manera significativa. En consecuencia, las políticas económicas ejecutadas permitieron amortiguar la contracción de la demanda. Por lo mismo, por parte de la oferta, se evitó el cierre de cientos de miles de establecimientos productivos y sus consecuencias sobre el mercado de trabajo, como resultado de las medidas económicas llevadas adelante. Por ello, la pérdida de empleo experimentada por la economía argentina, en un contexto de pandemia, fue una de las más bajas que se hayan registrado a nivel regional y mundial, como resultado de las medidas descritas anteriormente.
Si bien las políticas sociales y económicas se enfocaron en el sostenimiento de los ingresos de las personas afectadas por el confinamiento y en evitar el cierre masivo de empresas, la magnitud de la crisis profundizada por el advenimiento de la pandemia ha provocado una de las mayores contracciones económicas de la historia del país. No obstante, la trayectoria del empleo y los salarios a nivel nacional dan cuenta que las políticas públicas llevadas a cabo en territorio nacional evitaron un mayor deterioro de los indicadores del trabajo y las remuneraciones.
Cabe remarcar la dinámica de los sectores de Industrias manufactureras, Construcción y Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, que continúan expandiéndose de manera sostenida acompañando el incremento de la actividad económica.
En octubre volvió a crecer el salario real de los trabajadores registrados privados luego de seis meses (+1,5%), mientras que los salarios del sector público cayeron 0,6% y los del sector privado no registrado (informal) un -1,6%. El total de salarios reales agregado creció un 0,3% motorizado por el crecimiento salarial del sector privado registrado.
Observatorios de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda