En la Semana Mundial de Concientización sobre el Consumo de Sal, Argentina se destaca como el primer país en América y el segundo en el mundo en sancionar una ley de promoción de la reducción de consumo de sodio y en impulsar políticas poblacionales concretas para reducir la ingesta de sodio en la población.
En el marco de la Semana Mundial de Concientización sobre el Consumo de Sal, que se celebra entre el 15 y el 21 de mayo y fue instituida en 2005 por la World Action on Salt and Health (WASH) con el objetivo de concientizar en la reducción de su consumo como aporte para la mejora de la salud, Argentina se destaca como el primer país en América y el segundo en el mundo en sancionar una ley de promoción de la reducción de consumo de sodio y en impulsar políticas poblacionales concretas para reducir la ingesta de sodio en la población.
Se trata de la Ley 26.905, promulgada en 2013, que incorpora límites máximos en algunos alimentos del Código Alimentario Argentino (CAA) que es de cumplimiento obligatorio en todo el territorio nacional. Además, la norma incluye la prohibición del salero en la mesa en restaurantes, la regulación del tamaño de los sobres en los que se comercializa la sal, y campañas de sensibilización para la población.
Asimismo, la Ley 27.642 de Promoción de Alimentación Saludable, que incorpora en los productos el sello o etiqueta “con exceso de sodio”, alerta a la población y explica a las personas que el producto ha sido adicionado con ese nutriente crítico, superando los límites definidos en el marco normativo que se basa en el Sistema de Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esto permite que los consumidores tengan información basada en evidencia científica para la toma de decisiones en relación a la alimentación.
Además, el año pasado autoridades del Ministerio de Salud de la Nación recibieron un Premio a la Excelencia en Políticas Poblacionales de Reducción de Sodio, otorgado por la Liga Mundial de Hipertensión (WHL). El reconocimiento se dio en el marco del seminario web “Medición Precisa de la Presión Arterial-Implicaciones y Acciones” organizado por la Organización Panamericana de la Salud.
El Programa Nacional de Alimentación Saludable, perteneciente a la Dirección Nacional de Abordaje Integral de las Enfermedades No Transmisibles (DNAIENT), viene trabajando distintas iniciativas con las 24 jurisdicciones acompañando a las políticas provinciales de reducción de sodio con participación de distintos sectores como Desarrollo Social, Educación, Industria, Bramatologías municipales, etc.
Por otro lado, existe una relación directa entre la alimentación y la generación de enfermedades crónicas. Por eso la DNAIENT forma parte de HEARTS, que es una iniciativa de los países de la región liderada por los ministerios de Salud con participación de los actores locales y acompañado técnicamente por la OPS que, además de promover la reducción del consumo de sal, se integra a los servicios de salud ya existentes para propiciar la adopción de las mejores prácticas mundiales en la prevención y el control de las enfermedades cardiovasculares (ECV) y mejorar el desempeño de los equipos de salud a través del mejor control de la hipertensión y desde estrategias de promoción y prevención con foco en atención primaria de salud.
La política nacional de reducción del consumo de sodio comienza en 2009 y desde ese momento, de acuerdo con datos de las 2da, 3ra y 4ta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), el indicador que mide el agregado de sal a las comidas pasó de 25,30% en 2009, a 17,30 % en 2013 y 16,40% en 2018.
Según la 2da Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS), actualmente el consumo es de 7,8 gramos por habitante por día. Si bien ha disminuido en los últimos años, es necesario seguir trabajando para alcanzar la recomendación de la Organización Mundial de la Salud que establece un estándar de 5 gramos.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación