(Escribe Marcelo Ramal). A diez días de las elecciones. Javier Milei ha sido responsabilizado por la escalada cambiaria que colocó al dólar paralelo arriba de los mil pesos. Su convocatoria a una corrida bancaria apuntaría a reforzar una dolarización (llamó a abandonar los plazos fijos en pesos). Los disparos de Milei sabotean la candidatura de Massa y la posibilidad de que entre en un balotaje, y poder ganar él en primera vuelta. De todos modos, la corrida cambiaria excede los dichos de Milei porque la burguesía se viene dolarizando aceleradamente desde hace mucho tiempo.
Los “mercados” sacan a la luz, en efecto, lo que el debate presidencial silenció. El nuevo presidente estará obligado a darle un desenlace a la crisis inflacionaria, de lo contrario no llegará a la inauguración de la asamblea legislativa de marzo de 2024. Ese desenlace es conocido: megadevaluación y tarifazos con acompañamientos tales como desdoblar el mercado cambiario y reestructurar deudas del Tesoro y del Banco Central. Lo que delata el dólar paralelo de 1.000 pesos es la expectativa de una megadevaluación. El golpe de Estado económico viene a sustituir a los golpes de mercado.
Al criticar al agorero de LLA, los antidolarizadores -Massa o Bullrich- se suben al carro de planteos gradualistas. Melconian, por ejemplo, augura un cepo por al menos un año, mientras devalúa por medio de un desdoblamiento cambiario. Pesce, el actual presidente del Central, sostiene que las explosivas Leliqs podrían ser rescatadas, sin confiscaciones tipo plan Bonex. Los candidatos que prometen un aterrizaje suave, sufrirán las crisis políticas de su inacción. La crisis de gobernabilidad no termina con la salida del gobierno vaciado de los Fernández, Será sometida a prueba por una megadevaluación o por la falta de ella.
Caja de Pandora
El desmadre cambiario de estas horas ha instalado el temor del adelantamiento del estallido de la crisis –antes del domingo 22 o en el pasaje a un balotaje. Un economista de Bullrich advirtió que la híper es “una caja de Pandora, política, económica y socialmente” (La Nación, 10/10), no una salida con seguro. Serán las consecuencias del golpe de Estado económico que estarán obligados a ejecutar desde el gobierno, cualquiera sea el que el gane. Por eso, se ha instalado en el país un debate sobre la ‘gobernabilidad’.
Del lado de los trabajadores, no hay pasaje a dólares posible, y la perspectiva de una megadevaluación, tarifazos y una hiperinflación es sencillamente catastrófica, cuando hay, además, 40% de pobreza.
Este cuadro de situación ha sido rigurosamente ocultado durante los debates presidenciales –por todos y todas. Es que plantea orientar políticamente una rebelión popular.
Fuente: Política Obrera