“Son 11. O 30.000. O las dos cosas. O todo junto. O da igual porque, al fin y al cabo, 11 y 30.000 son símbolos de lo mismo. A 49 Años del Golpe De 1976 – Nunca Más. (del comienzo del libro “Los desaparecidos de Racing”).

Son las ganas de gritar un gol o la tenacidad para caminar barrios en las mañanas de lluvia y de frío. Son los abrazos con la gente querida ante la gloria de ver a Racing campeón y son las asambleas para defender a rajatabla los derechos de los laburantes. Son actos de vida.
Actos de vida.
Unos detrás de los otros, actos de vida arrancados de golpe por un genocidio decidido a refundar la Argentina en clave de capitalismo financiero –con el orden social y económico que implica-. Eso. Un genocidio que merece todas las condenas, por los siglos de los siglos.
Pero también más que eso. Mucho más que eso: detrás de cada secuestro, una experiencia; detrás de cada tortura, la necesidad de un mundo más justo; detrás de cada desaparición, la búsqueda de una manera de ser con los otros que el terrorismo de Estado intentó aniquilar a sangre y fuego. Y mucho, muchísimo más que eso: sueños de justicia social e ilusiones de amores eternos; esperanzas de libertades intocables y ternuras de chicos en cuerpos de no tan chicos; voluntades de protagonismo en la historia de este país y pasiones por esa identidad que giró, gira y girará en forma de número cinco.
Son entonces actos de vida que, sumados aquí y allá, no dan otra cosa que vida y más vida. Y las vidas de una época sirven, en última instancia, para entender y rescatar y aprender y valorar una época.”
(Arranque del libro Los desaparecidos de Racing).
