Aquel 26 de junio de 2002, las policías bonaerense y Federal, Prefectura y Gendarmería, desataron en el Puente Pueyrredón una verdadera cacería con redadas, decenas de heridos de balas de plomo y la persecución a los desocupados y sus organizaciones piqueteras que llevaban adelante un reclamo por trabajo y alimentos. El comisario Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta fueron los autores materiales de los asesinatos de Darío y Maxi, como se comprobó ante la Justicia. El resto de los responsables políticos y materiales, en cambio, nunca fueron juzgados.
Familiares y organizaciones realizan diversas actividades para recordar a los jóvenes militantes asesinados el 26 de junio de 2002 y reflexionar sobre las semejanzas con el escenario político actual.