A pesar del bloqueo del gobierno estadounidense, en Cuba resplandece límpida la defensa de la vida. A tal punto que año a año mejoran los índices de salud, como es el caso de la tasa de mortalidad infantil, que en 2024 fue de 7,1 por mil nacidos vivos.
Para los niños cubanos todo amor y dedicación es poco. Es por ello que traducir en resultados palpables los esfuerzos y compromisos en este sentido de los más de 400 000 trabajadores de la Salud, a lo largo y ancho de la geografía nacional, permite a Cuba en el 2023 descender su tasa de mortalidad infantil a 7,1 por mil nacidos vivos.
Al iniciar el 2024, lo que pudiera parecer más que simples cifras, datos y estadísticas planas, resume el desvelo y la entrega de quienes en su diario quehacer, dibujan sonrisas y esperanzas en las familias cubanas. Son horas, días y largas noches de sacrificio, de guardias médicas, de consultas especializadas, de trabajo comunitario e intersectorial, de visitas en los hogares y acompañamiento a las madres, entre otros permanentes protocolos del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
Cuando el mundo exhibe cifras alarmantes y tristes, incluso en países desarrollados, esta disminución de las muertes en niños en la Mayor de las Antillas, constituye, sin temor a equivocarnos, todo un regalo al pueblo, pues se trata de vidas salvadas, de defender lo más preciado que posee el ser humano, y mucho más si de recién nacidos se trata.
La doctora Catherine Chibás Pérez, Jefa Nacional del Programa Materno Infantil (PAMI), aun cuando no puede evitar el dolor por cada muerte, habla con orgullo de que son 74 fallecidos menos que en el 2022, cuando se reportó una tasa de 7,5. “Hoy son 6 las provincias con números inferiores a la media del país, asegura, donde los mejores indicadores corresponden a Pinar del Río con 3.1; Artemisa con 3.9; Holguín con 4.7; Sancti Spíritus con 4.8; Villa Clara con 5.7 y Matanzas con 6.9”.
Fue un 2023 con la satisfacción de que 25 municipios no reportaron fallecidos menores de un año, correspondiendo 4 a Pinar del Río (Mantua, Sandino, San Luis y Guanes); 4 a Artemisa (Guanajay, Güira de Melena, Alquízar y Candelaria); 1 a La Habana (Regla); 1 a Mayabeque (San Nicolás) y 4 a Matanzas (Martí, Pedro Betancourt, Calimete y Los Arabos).
En la misma línea se posicionan felizmente las provincias centrales de Villa Clara, con 2 localidades sin decesos en menores de un año (Encrucijada y Quemado de Güines); Cienfuegos con 1 (Cruces); Sancti Spíritus con 1 (Jatibonico); Ciego de Ávila con 2 (Primero de Enero y Majagua); Camagüey con 1 (Sierra de Cubitas); Holguín con 2 (Antilla y Calixto García) y Granma con 2 (Media Luna y Pilón).
“En el caso de otros territorios, continúa explicando, aunque no consiguen mostrar tasas inferiores a la media nacional, sí es alentador observar cómo mejoran en proporción a su comportamiento durante el año 2022: por ejemplo La Habana, donde disminuye de una tasa de mortalidad infantil de 9.5, en el 2022, a 7.9, en el 2023; Santiago de Cuba, que de una tasa de 9.9 ahora tiene 8.0; Guantánamo, que baja de 9.7 a 9.0, y por último Mayabeque, al lograr disminuir de 12.2 a 9.1 por mil nacidos vivos su tasa de mortalidad infantil en el periodo analizado”.
Al abordar el tema, la especialista insiste en la “trascendencia humana” de esos parámetros, en la concreción de tantos sueños y anhelos y en las múltiples alegrías que cada uno de estos números proporciona a las familias cubanas, y en especial al ejército de batas blancas, en una etapa compleja y retadora para todos.
Según datos preliminares, se reporta al cierre del año por la Dirección de Registros Médicos y Estadísticas del MINSAP, 90 374 nacidos vivos, y una disminución de la tasa de mortalidad preescolar, de 4.1 a 3.6 por 10 000 habitantes, con 35 fallecidos menos en este grupo de edad; en tanto la escolar también reduce de 2.4 a 2.1 por 10 000 habitantes, representando 28 decesos por debajo con respecto al 2022.
De igual manera, las buenas nuevas se extienden a la tasa de mortalidad materna en Cuba, que desciende de 40.9 en el 2022 a 38.7 por 100 000 nacidos vivos en el 2023. Logros de un trabajo conjunto en las instituciones de Salud, a partir de la introducción de innovaciones tecnológicas en la atención obstétrica; del mayor seguimiento al alto riesgo; de la evaluación diferenciada a las mujeres; y de otras notables estrategias para la reducción de parámetros negativos en lo que para el sector es prioridad y compromiso, esencia y conquista genuina de la Revolución.
Fuente: CAPAC – tomado de Cubadebate