Los disturbios golpistas de Brasil son parte de una estrategia global y regional de los grupos económicos concentrados, en concordancia con sectores de la ultra derecha fascista. Pero especialmente Latinoamérica está siendo el eje central de estas desestabilizaciones por la importancia de sus recursos naturales y la posibilidad de que gobiernos populares vuelvan a tomar las riendas de su propios destinos.
El embajador argentino ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Carlos Raimundi,en declaraciones a Télam Radio expresó que los hechos de vandalismo golpista en Brasil “forman parte de una estrategia mayor”.
Así mismo caracterizó a una vertiente del neoliberalismo que construye a partir del apoyo a los grandes conglomerados financieros, como “ideológicamente ultra radicalizada, con desapego a las instituciones, extremadamente nacionalista y neofascista, con odio al extranjero, con odio al pobre, muy apegada a los mensajes de odio, a la utilización de armas y de la violencia”.
Además, Raimundi señaló que ese capitalismo financiero globalizado “en este momento está atravesando una crisis importante de legitimidad en el mundo, no sólo pelea contra las opciones populares, sino que tiene una interna. Y en esa interna hay sectores más moderados, con mejores modales que también repudian lo de ayer en Brasil, pero que no dejan de ser representantes del capital financiero globalizado que ha causado y sigue causando estragos tremendos en el mundo”.
Pero sobre todo, y en referencia a nuestra región, Raimundi enfatizó que se trata de “una vertiente muy radicalizada que tiene conexiones en las marchas golpistas encabezadas por (Luis) Camacho, el gobernador de la provincia de Santa Cruz en Bolivia; seguramente algún nexo con la destitución de (Pedro) Castillo (Perú) y, más obviamente, con el intento de magnicidio de Cristina” Fernández de Kirchner”.
Fuente: Télam