ACUMAR realizó el monitoreo de verano de bioindicadores para verificar los avances del proyecto de restauración y recomposición ambiental de los recursos naturales que se desarrolla en el predio Batalla Villamayor, en Marcos Paz, y en la Reserva La Saladita Norte, en Avellaneda. , el primer proyecto de humedal urbano del país con intervención técnico-científica.
Este proyecto contribuye de forma directa al saneamiento de la Cuenca Matanza Riachuelo y otras cuencas hidrográficas relacionadas, y su principal objetivo es la evaluación y el desarrollo de biocorredores nativos como una de las acciones para recuperar la biodiversidad nativa.
El trabajo en el predio de Marcos Paz, que se realiza junto a la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), consta del monitoreo periódico y sistematizado de bioindicadores seleccionados que permiten conocer la evolución en la recuperación de los servicios ecosistémicos, analizar la eficiencia de la colocación de plantas nativas y del modelo de intervención en general, así como generar información y conocimiento a través de informes con análisis de resultados, aportes y recomendaciones.
Además, dentro del paseo de Villamayor, ACUMAR y el gobierno local construyeron una Eco-Bicisenda de 3.5 kilómetros, ubicada sobre la margen izquierda del arroyo La Paja, que busca fortalecer el vínculo de la comunidad con el ambiente y ampliar la restauración del ecosistema con plantas nativas.
“La recuperación de este tipo de sitios tiene un rol fundamental en el saneamiento de la Cuenca, al mismo tiempo que cumple una función vital para el ambiente en general, y genera oportunidades para fortalecer el vínculo de la comunidad con proyectos recreativos y culturales”, destacó el presidente de ACUMAR, Martín Sabbatella.
Por otra parte, el monitoreo de la Reserva Ecológica Municipal La Saladita Norte, se lleva adelante junto a un equipo de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), que inicialmente realizó trabajos de investigación con la finalidad de determinar la recuperación paulatina de la reserva, mediante el muestreo programado y sistematizado de la flora y fauna del lugar, tomando a las libélulas y caballitos del diablo (odonatos) como el indicador de su recuperación.
Fuente: Prensa Acumar