Declaración de Política Obrera. La crisis política en Argentina marcha a la misma velocidad que la inflación. Esta metáfora no debería sorprender, porque una está ligada a la otra. Milei ha logrado imponer la vigencia del DNU y tiene una mayoría en el Senado para obtener una ratificación parlamentaria. Con el proyecto ley ‘ómnibus’ busca algo más – que el DNU reciba el apoyo de una mayoría de votos del poder Legislativo y que el Congreso le delegue sus facultades al Poder Ejecutivo hasta el final de su mandato. El “golpe de estado económico” se convertiría en un golpe de estado liso y llano. En esta línea, la camarilla de gobierno acaba de proceder a un ‘purga’ en las Fuerzas Armadas y ha anunciado la intención de copar la Corte Suprema mediante su ampliación a nueve miembros.

El alud inflacionario, que llegaría al ciento por ciento en el trimestre diciembre-febrero, ha conmovido al 90% de la población. Los ingresos de los trabajadores, en todas sus categorías, se desploman literalmente. Los DNU y los proyectos de ley a libro cerrado eliminan el derecho laboral, aunque no tocan los privilegios de la burocracia sindical, como lo prueba el pacto firmado por el ministerio de Capital Humano (??) y Cavalieri. Privatizan, asimismo, palancas estratégicas de la economía, como el Banco Nación, YPF y Arsat. Un lobby capitalista, que integran Eurnekian, Rocca, Elsztain, Bulgheroni, Mindlin, Galperín, o las norteamericanas BlackRock y Pimco, han convertido al estado en el gerente de un puñado de monopolios.

Milei y sus secuaces han alineado a Argentina en la órbita del imperialismo norteamericano y el sionismo, en un contexto de guerra internacional impulsada por la OTAN.

Aunque el Congreso y la CGT han dado todas las señales de que están dispuestas a dar vía libre y hasta apoyar el programa ‘libertario’, el conflicto entre el intento de instaurar un poder personal y el sistema parlamentario está planteado. Milei ha implantado, aunque todavía en forma precaria, la prohibición del derecho de manifestación pública, que pretenderá extender a los estados provinciales. El ‘libertario’, sin embargo, no ha reunido los recursos de poder para llevar a término esta empresa reaccionaria, sembrando la incertidumbre en sus propias filas – que se inquietan por el efecto que esta transición catastrófica pueda tener en la economía y los capitalistas en su conjunto. Milei ha llegado al gobierno por la vacancia de poder del peronismo y su manifiesto agotamiento histórico.

La inquietud en la clase obrera y en el mundo del trabajo en general crece día a día. La ofensiva directa ha apuntado hasta ahora hacia los trabajadores del estado. Los ‘libertarios’ y las patronales parecen medir sus pasos en lo que se refiere al proletariado fabril y minero. Esto explica la reticencia en derogar la ley que anula el impuesto al salario. Pero el choque de clases es inevitable con la anulación de derechos laborales y una economía que se desploma hacia la hiperinflación. La cadena de la economía comienza a resquebrajarse a partir del comercio.

Desde nuestro partido, Política Obrera, les decimos a los compañeros trabajadores: está planteada -ni qué decirlo- una lucha de conjunto por nuestras condiciones de existencia y por la defensa de los derechos democráticos. Una lucha contra el estado policial y contra el golpe de Estado que significan el gobierno por medio de DNUs y la usurpación del poder legislativo. Pero las posibilidades de victoria de esa lucha dependen de que nadie deposita ningún gramo de confianza en los politicastros dispuestos a capitular a cambio de una dieta ni en la burocracia de la CGT.

Cuando aún no ha transcurrido un mes del ascenso de Milei, es completamente justo reclamar la expulsión de este gobierno del poder, por sus actos de lesa democracia, de remate a precio vil del patrimonio público y lesivos de los derechos históricos de los trabajadores. Sólo una minoría de fanáticos le dio mandato a Milei para aniquilar las condiciones de existencia del pueblo y enriquecer a una oligarquía de capitalistas, anular los derechos democráticos y destruir el sistema constitucional.

En esta perspectiva impulsamos una creciente movilización de fuerzas que capacite a la clase obrera para desarrollar una huelga general. Aunque todo indica que la burocracia cegetista pretende levantar el paro parcial, que convocó para el 24 de enero, por medio de negociaciones con el gobierno que tienen en cuenta sólo sus intereses de casta, llamamos a organizarnos en Coordinadoras fabriles, Coordinadoras sindicales y por medio de autoconvocatorias para que ese paro no se convierta en un episodio aislado. Nos dirigimos a los sindicatos, regionales y seccionales que se alinean con posiciones combativas, a convocar a asambleas y plenarios de delegados con mandatos.

Abajo el golpe de estado ‘libertario’.

Defensa de todos y cada uno de los derechos democráticos del pueblo.

Por paritarias que reclamen un ciento por ciento de aumento para todas las categorías de trabajadores, incluídos los jubilados – por el ajuste semanal de los ingresos del trabajo de acuerdo a la tasa de inflación.

Fuente: Política Obrera